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martes, 27 de julio de 2010

La explicación de los hechos sociales y el problema de la Función.

La explicación de los hechos sociales y el problema de la Función.

Por: Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología, Universidad del Valle
Porf. Universidad Autónoma de Occidente

Introducción

La explicación de los hechos sociales no se hace de cualquier forma. Durkheim ha sido sin duda quien establece una serie de reglas con el objetivo de hacer de la sociología un campo con reconocimiento científico capaz de explicar los hechos sociales tanto como otras, sobre todo las ciencias naturales explican sus objetos. Esta reseña que da una mirada a la primera parte del capítulo quinto de las reglas del método sociológico se encuentra organizada en los siguientes puntos: en el primero se da una panorámica muy general del libro de Durkheim. En el segundo, se hace una mirada más cuidadosa al capítulo en mención; en el tercero se trabaja en forma crítica el papel de la sociología, bien en la explicación del cómo son los hechos o bien de cuál es la función que cumple; finalmente se da una muy rápida y superficial opinión sobre el problema de la intención como una cuestión subjetiva en la explicación de los hechos sociales.

1. Una panorámica a “las reglas del método sociológico” de Durkheim...
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Milton Santos, principal exponente de la geografía latinoamericana señalaba en una de sus últimas producciones antes de su muerte que cuando Durkheim propuso en la sociología una disciplina denominada morfología social, muchos fueron los geógrafos que entraron en combate y rechazo a tal proposición. Dice Santos que fue una pena, pues la idea de Durkheim para quien el medio estaba formado por cosas y personas podría haber acercado la geografía a una “definición de su objeto epistemológico operacional” (Santos, 2000:65) más tempranamente. Hoy día muchos geógrafos están de acuerdo con Santos, pues no cabe la menor duda que buena parte del desarrollo de la geografía ha estado impregnado por el aporte de la Sociología.

El esfuerzo de Durkheim se caracterizó por brindarle a la sociología un estatus científico a través de un método empírico y marcar la frontera entre el campo sociológico y los demás campos del conocimiento como la psicología y la biología. Esta preocupación lo expresa detalladamente en Las reglas del método sociológico, donde la médula central de su pensamiento se basa en los hechos sociales que significan la coerción sobre los individuos. Pero estos hechos sociales debían ser considerados como cosas sociales. Constituir el hecho social científicamente implica romper con las prenociones o sentido común, lo que equivale a explicar lo social por lo social. Expresaba que “la causa determinante de un hecho social debe buscarse ente los hechos sociales antecedentes y no entre los estados de la conciencia individual” (2000:133) Esta es la máxima metodológica del pensamiento de Durkheim.

En la producción de los hechos sociales no se ven las conciencias individuales, sino la del colectivo, por eso la importancia concedida a la estadística que se convierte en un mecanismo de ruptura con las prenociones y con las explicaciones vigentes, utilizando correlaciones y contrastando aseveraciones y mostrando tendencias. El suicidio es sin duda una obra que utiliza este autor como muestra de que el proyecto de sociología conjugado con una serie de reglas la hace posible, viable y científica. Recordemos las ciencias sociales después del siglo XIX llevaban a pensar más no en cómo serían los hechos sino en cómo ocurren y como se transforman; en otras palabras, en qué consisten los hechos. Así pues, se reivindicó con mayor fuerza el papel de la historia, pues se comprendió que las relaciones sociales son relaciones históricas y espaciales, ubicadas en un mundo, con un origen, unas relaciones de causalidad y unas implicaciones sobre la vida cotidiana. Por consiguiente, son estas formas de pensamiento que si bien empezaron a mostrarse desde tiempos anteriores pudieron confluir en el siglo XIX, en unos intelectuales que presenciaron un ambiente histórico complejo. Estudiosos como Durkheim, habían comprendido que para empezar a pensar como sociólogo había que desprenderse y desmontarse de los mecanismos ilusorios del pasado para producir nuevos conocimientos científicos de acuerdo con métodos de procedimientos investigativos rigurosos.

2. Una mirada al título del capítulo V de las reglas del método.

Antes de dar cualquier explicación al conjunto de ideas desarrolladas por Durkheim en el capítulo V titulado Reglas relativas a la explicación de los hechos sociales, en las reglas del método sociológico, y luego criticadas por autores como Radcliffe-Brown, es necesario introducir algunas ideas esenciales que se encuentran inscritas en este título pero de una manera oculta.

a. El título insiste en las reglas relativas no a cualquier tipo de hechos, sino que es directo al decir que a los hechos sociales. Se debe tener muy en cuenta que desde el primer capítulo de su obra, Durkheim insiste en definir y esclarecer el tipo de hechos a los que hace referencia. Dice Durkheim que “todo individuo bebe, duerme, come, razona, y la sociedad tiene gran interés en que estas funciones se ejerzan de un modo regular”. (1999:37) los hechos sociales tienen otras características que los hace diferentes de estos que se ejecutan de manera regular. Los hechos sociales son definidos por este autor como Durkheim define el hecho social como “toda manera de hacer, fija o no, susceptible de ejercer sobre el individuo una coacción exterior; o también que es general dentro de la extensión de una sociedad dada a la vez que tiene una existencia propia, independiente de sus manifestaciones individuales” (1999:46)

b. Segundo. Sencillamente que los hechos sociales son explicables. Pero no bajo una explicación de sentido común, sino bajo un tipo de explicación “normatizada” (si se puede aceptar esta expresión), bajo un tipo de reglas especiales. Debe tenerse cuidado que Durkheim escribe en plural “reglas”. Es decir un conjunto de especificidades que orientadas bajo un tipo especial de metodología permiten la construcción de la explicación de los hechos sociales: ver los hechos sociales como cosas; tomar distancia de las nociones e ideas de sentido común; y explicar lo social por lo social.

A pesar que todas las anteriores reglas son transcendentales para la sociología, por ahora nos concentraremos en la última de ellas, pues esta tiene mucha relación con el capítulo que aquí trabajaremos. La trascendencia de la frase invita a pensar en varias situaciones: primero, que todo hecho social se origina de otro hecho social; segundo, que todo hecho social puede ser objeto de estudio; tercero, que ese objeto de estudio no puede ser abordado por cualquier disciplina; cuarto, que la disciplina con mejores perspectivas para comprender y saber el cómo son los fenómenos sociales, es la sociología; Durkheim expresaba en su obra algo muy trascendental, “las causas de los fenómenos sociales son internas a la sociedad” (Durkheim, 1999:141), esto lo decía por cuanto comprendía que la sociedad no posee un exterior. Los hechos sociales no pertenecen a un solo individuo, por eso sus causas no deben buscarse solo en la conciencia individual, sino que deben buscarse entre los hechos sociales que le antecedieron. Esta es sin duda una de las reglas esenciales del método sociológico. Es decir la sociología no estudia individuos aislados y como si los hechos resultaran sin ninguna historia y espacio.

3. La sociología entre: ¿Cómo son los hechos? Ó ¿Cuál es la función que prestan?

Una de las proposiciones de Durkheim dice: “cuando se va a explicar un fenómeno social, es preciso investigar separadamente la causa eficiente que lo produce y la función que viene a llenar”. (1999:122) Lo que pretende establecer esta proposición es que las ideas giran en el sentido de que los fenómenos no se explican por el sólo hecho de mostrar para qué sirven y el papel que desempeñan; es decir, los fenómenos no se hacen inteligibles cuando sólo se da cuenta de la necesidad social que han satisfecho. Por ejemplo, dar cuenta de cuál es la función del matrimonio, no implica saber cómo es el matrimonio.

El método que busca explicar los fenómenos desde su función y nada más, confunde dos cuestiones: Primero, sugiere que ver la utilidad de un hecho no implica haber explicado cómo se forma y cómo es; Segundo, no son las necesidades y la utilidad las que le conceden “el ser” a los hechos. La sociología al haber superado las formas tradicionales de explicación de la realidad social concentró sus esfuerzos en establecer “cómo son las cosas”, por ello, la explicación centrada en el cómo son las cosas, no necesariamente debe recurrir a la explicación de la función prestan.
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La noción durkheniana de función está relacionada con otras nociones, como por ejemplo: un fin, una utilidad, un servicio y un papel. Todas estas ideas -“fin”, “utilidad”, “servicio” y “papel”-, son en esencia en función de satisfacer las necesidades sociales. La existencia de un hecho social no necesariamente se debe al hecho de que cumpla una función. Muchas funciones, o dejaron de ser viables y se extinguieron porque dejaron de ser importantes, o bien porque no contienen ningún fin. Una práctica puede cambiar de función según las épocas, las circunstancias o los contextos, pero lo social siempre debe ser entendido como social. En otras palabras, utilizando estrictamente lo que planteó Durkheim “la función de un hecho social no puede ser más que social, es decir, que consiste en la producción de efectos socialmente útiles” (1999:133) y “la función de un hecho social debe buscarse siempre en la relación que tiene con algún fin social” (Durkheim, 1999:133)

Radcliffe-Brown, señala que Durkheim fue de los primeros pensadores en elaborar una formulación sistemática de la noción de la función- aplicado a los estudios de la sociedad. En este autor la idea de función está muy relacionada con la función de las ciencias naturales, por ello ha sido destacada la analogía entre vida social y vida orgánica desde la idea de función. Vamos a señalar rápidamente los criterios con los cuales establece la crítica a Durkheim:

La noción de función en Durkheim requiere de una elaboración más precisa para evitar interpretaciones teleológicas.
Durkheim intentó poner las bases de una patología social científica basada en la morfología y en al fisiología. Es decir que integró la idea de una sociedad en estado normal o patológico. Cuando la sociedad está en estado patológica es cuando se presenta la “anomia”. La crítica aquí es que Durkheim no logró establecer unas bases objetivas para una ciencia de la patología social.
No se puede definir la disnomía como una perturbación de las actividades habituales de un tipo social. La crítica es que las sociedades no mueren igual que los animales, puede cambiar estructuralmente y puede ser absorbida por otra sociedad con más poder.

La propuesta de Radcliffe-Brown es mostrar no solo la analogía posible entre vida orgánica y vida social sino también las limitaciones de esta analogía, pues si existen algunas similitudes en términos de explicaciones de la morfología, fisiología y desarrollo, estas formas de vida tiene un punto de quiebre en donde la analogía ya no funciona. La propuesta de este autor parte de los presupuestos de Durkheim. Por eso inicia su explicación detectando los elementos donde la analogía entre vida orgánica y vida social es posible:

Que aplicar la idea de función en la explicación, bien a la vida orgánica o social, implica la existencia de condiciones necesarias para sus vidas.
En ambas explicaciones de las vidas (orgánica y social), la idea de función requiere tener presente a su vez la idea de estructura, pues ésta ultima debe ser entendida como “una serie de relaciones entre entidades” (1952:204) porque sencillamente, la vida de un organismo se concibe como el funcionamiento de su estructura. Cualquier función en el organismo coopera en la vida de este.
Una investigación sistemática de la naturaleza de la vida orgánica y de la vida social por ejemplo plantea tres problemas:

a. Morfología (da cuenta de los tipos de estructura existentes, similitudes y diferencias y su clasificación.
b. Fisiología (cómo realizan las funciones)
c. Desarrollo o evolución ( cómo llegan a existir los diversos tipos de organismos)

Para Radcliffe-Brown, los puntos de quiebre entre estas dos formas de vida están dadas de la siguiente manera:

En un organismo animal es posible ver la estructura orgánica mas o menos independiente de su funcionamiento, por lo que es posible una morfología independiente de la fisiología. Pero en la vida social, la estructura social solo puede ser observada en términos de su funcionamiento. Es decir una morfología social no puede establecerse con independencia de una fisiología social.

Un organismo animal no cambia en el curso de su vida su tipo estructural, cosa que si es posible en la vida social. Aquí Radcliffe-Brown incorpora una definición de función distinta a la de Durkheim, que se basa en la idea siguiente: “función es la contribución que una actividad parcial hace a la actividad total de la que forma parte. La función de un uso social particular es la contribución que hace a la vida social total como funcionamiento del sistema social total” (1952:206)

Esta definición de función que presenta Radcliffe-Brown es su hipótesis de trabajo donde se hace necesario adicionar dos aspectos: primero que no todo en la vida social tiene una función. Segundo que las funciones de un uso social, como por ejemplo el matrimonio, pueden cambiar de grupo social a grupo social. Estos problemas llevan a trabajar en la idea de que el esfuerzo por la comparación es necesario para le explicación de los hechos. “además, la hipótesis conduce a intentar investigar directamente la consistencia funcional o la unidad de un sistema social, y a determinar en la medida posible en cada caso la naturaleza de esta unidad” (Radcliffe-Brown, 1953:210)

4. El problema de la “intención” como subjetividad.

No podría cerrar esta reseña sin hacer mención a lo que opina Durkheim en cuanto al papel de lo subjetivo en la explicación de los hechos sociales. Y considero que en una sola frase este clásico de la sociología deja todo claro con respecto a este punto. La frase está en este capítulo de su obra de la que se ha hecho mención. Durkheim con relación a la explicación de los hechos sociales al respecto escribe:

“Lo que hay que determinar es si existe una correspondencia entre el hecho considerado y las necesidades generales del organismo social y en qué consiste esa correspondencia, sin preocuparse de saber si ha sido intencionada o no. Por otra parte, todas estas cuestiones de intención son demasiado subjetivas para poder tratarlas científicamente”. (1999:122)

Dos cosas podemos decir: Primero, que lo subjetivo pare ser una cuestión, por lo menos en este autor, una cuestión que no puede tratarse científicamente, como es el caso de las intenciones de los individuos o de los grupos. Segundo, que la intención no tiene cabida de manera clara en las relaciones de causalidad (causa – efecto – causa), tal vez porque se comprenden como una elemento del comportamiento y psiquis del individuo. Pero una preguntaría ¿y que pasa con las intenciones del colectivo como la protesta, la intención de trabajo, o la intención del sufragio que pueden poner o quitar cabezas del poder? Bueno abría que colocar a Durkheim en su época y establecer si este acontecimiento se presentó. El desmeritar las intenciones en la explicación de los hechos muy recientemente ha sido retomado por varios autores, entre ellos algunos geógrafos que se han preocupado por mirar la relación entre las intenciones de los sujetos o grupos corporativos frente a la toma de decisiones de la localización industrial, comercial o financiera. Lógicamente las intenciones en este sentido están fuertemente atravesadas por el problema de la percepción, del manejo e inversión del capital, etc. La pregunta que queda es ¿si efectivamente toda intención siempre es subjetiva?

Biografía.

DURKHEIM, Emilio. Las reglas del método sociológico. Ediciones Folio. España, 1999.
RADCLIFFE-BROWN, A.R “El concepto de función en la Ciencia Social”, capitulo IX. En: Estructura y función en al sociedad primitiva. Ediciones península, 1952.
SANTOS, Milton. La naturaleza del espacio. Técnica y tiempo. Razón y emoción. Ariel Geografía. España, 2000.

Pensar como sociólogo: Desilusión – Privilegio / Distinción - método.

“Todo sociólogo debe ahogar en sí mismo el profeta
social que el público le pide encarnar”
Bourdieu, Chamberon y Passeron. 1975


Por
Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología

Resumen

Ingresar a las Ciencias Sociales, y en especial a la sociología, no es tarea fácil. Requiere de un trabajo que debe hacerse paso a paso, sin afanes y con tranquilidad. Implica un proceso de re-educación y de pensar e impensar. Ingresar significa que, incluso, nuestros propios juicios deben ser objeto de cuestionamiento. Para ello, existen una serie de criterios que hacen del ingreso a las ciencias sociales, una cuestión mucho más amena, más libre, menos pesada. Son estos criterios los que en esta ponencia trataremos de recordar.

Palabras claves:
Ciencias Sociales, criterios de ingreso.

1. Una historia y una desilusión.
Así como la ciencia y sus productos tienen una historia, así mismo quienes la desarrollan reflejan en esos productos su época. La sociología como disciplina científica e institucionalizada sólo fue posible hasta el siglo XIX cuando una serie de condiciones sociales se sumaron a unas fuerzas intelectuales que marcaron diferencias frente a las formas de pensamiento pasadas. Antes del siglo XIX, los fundamentos del conocimiento eran diferentes y los objetos epistemológicos giraban en otras órbitas, sobre todo en la filosofía; pues eran los principios filosóficos los sistemas explicativos de la realidad y era la religión la que dominaba las reflexiones, y la sumisión a ella, implicaba una verdad absoluta fundamentada en el poder divino y el poder del Papa.

Son las condiciones históricas particulares del siglo XIX, las que permiten fundar el desarrollo de nuevas teorías sobre los problemas de la vida cotidiana. Es el capitalismo y sus efectos que empiezan a cobrar relevancia en un grupo de pensadores que se interesaron por estudiar las transformaciones de la sociedad tradicional hacia una sociedad más moderna causada, en buena medida, por el desarrollo industrial en las ciudades y sus habitantes, tales como la miseria, la pobreza, la muerte, el hambre y la explotación laboral de los hombres. Un siglo que se caracterizó por las complejidades políticas, las revoluciones sociales e intelectuales y la constitución de los Estados nacionales.

A estos intelectuales no les llamaba la atención la regularidad con la que los fenómenos se presentaban en el contexto más amplio de personas o grupos; recurrieron a las estrategias empíricas de la investigación como la observación y las estadísticas, para recoger datos sobre el cómo vivía la población; aparece con ellos otra manera de entender y explicar los fenómenos sociales. Todo lo que muestra Marx, especialmente en El Capital en su afán por explicar la determinación económica sobre la vida de la gente de manera tan detallada, logró evidenciar ese mundo complejo forjado en el siglo XIX y que invitó a un grupo selecto de científicos sociales a vislumbrarlos y esclarecerlos de manera diferente a como lo hubieran hecho los hombres de siglos anteriores.

Es preciso decir que la naciente forma de racionalización de las Ciencias Sociales también constituyó una ruptura con formas de pensamiento anteriores que habían estado fundamentadas en el naturalismo y en la religión centrada en el individuo. La nueva actitud de pensamiento conllevó a cuestionarse sobre estos aspectos y a dar una primacía a las relaciones sociales, pues era evidente que desde el individuo no era posible explicar los hechos históricos, la cultura y las relaciones sociales. Por lo que incitó hacia renovadas formas de hacer ciencia, hacia una mayor atención en la observación de los hechos, que rompió con el método por introspección, con el de la especulación y con los innatismos. Así, por ejemplo, Marcel Mauss apunta en esa ruptura con el innatismo con la teoría sobre la técnica corporal cuando por ejemplo, fundamenta que el cuerpo es un objeto social y que todo lo que él expresa, es posible a través de un proceso de socialización y de aprendizaje como el hábito de comer, de caminar o de sonreír. Es decir que ahora, las ciencias sociales, llevaban a pensar más no en cómo serían los hechos sino en cómo ocurren y cómo se transforman.

Así pues, se reivindicó con mayor fuerza el papel de la historia porque se comprendió que las relaciones sociales son relaciones históricas y espaciales, ubicadas en un mundo, con un origen, unas relaciones de multicausalidad y unas implicaciones sobre la vida cotidiana. Intelectuales como Durkheim, habían comprendido que para empezar a pensar como sociólogo había que desprenderse y desmontarse de los mecanismos ilusorios del pasado para producir nuevos conocimientos científicos de acuerdo con métodos de procedimientos investigativos rigurosos.

Ahora bien, con el nacimiento de la sociología como campo de las Ciencias Sociales, se constituye una forma muy particular de ver el mundo, tanto, que para muchos, la sociología es una forma de desilusión contra las explicaciones divinas y naturales. De una parte, pensar en sociólogo conllevó a reconocer que la sociedad no era una construcción del cielo y por lo tanto no existía aquel motor externo que la creaba y la conducía. Por estar razón, la sociología invitó a reflexionar sobre la sociedad y a entenderla de una manera diferente al común de la gente; a tomar distancia de ella para comprenderla mejor. Evidenció que la sociedad no es un don divino y que su dinámica es el resultado de la acción de los hombres. La sociología desencantó y lo sigue haciendo porque libera la reflexión que se hace de la sociedad de lo que ella debería ser. Como lo expresó Bourdieu, “la sociología, al igual que todas las ciencias, tiene como misión descubrir cosas ocultas.” (1997:22)

Pero de otra parte, demostró que la sociedad está compuesta del control social, de diferenciación social, de roles (papeles) impuestos, de socialización y del adentramiento de la sociedad en cada uno de los individuos; pero también, de la trascendencia de la sociedad más allá de la existencia del individuo. Una desilusión que invita a la crítica, a verse como lo expresa Mills, parte de una historia más general que integra la autobiografía. A ver los fenómenos sociales como cosas, tal como lo expresaría Durkheim, pero como cosas sociales para comprender de manera más objetiva el funcionamiento de la sociedad.

Todo este marco de historia y de desilusión es lo que de alguna manera conllevó a la formación de un nuevo campo de conocimiento, que si por un lado marca grandes diferencias no solo con formas tradicionales de explicación, también lo hace con campos de conocimientos que se van constituyendo de manera contemporánea a ella como la psicología y la biología.

2. Distinción y particularidad del método.
Ahora bien, preguntarse lo que significa pensar en sociólogo pone en evidencia dos cosas: primero, que existe una forma particular de pensamiento que se diferencia de otros. Segundo, que esa forma particular no se hace de cualquier manera sino que ella contiene su propio procedimiento, sus propias exigencias y sus particulares formas de ver las cosas. Pero también pensar en sociólogo es educar los sentidos (la mirada, el tacto, el gusto, el olfato) de manera muy especial, de tal manera que se pueda ver los otros y vernos así mismos.

Una forma particular de pensamiento: la distinción.

La diferencia que marca la sociología con los otros campos es una cuestión muy importante. Frente a las ciencias naturales, como el caso de la biología, podríamos pensar que el problema no es tan complicado pues los objetos de las ciencias naturales no son objetos sociales sino naturales y orgánicos, aunque cada día aparecen nuevos avances en los que ambas esferas del conocimiento deben compartirse y complementarse. Frente a la filosofía, radica en el hecho de que los fenómenos deben ser observados libres de valoraciones metafísicas, proféticas y divinas, ubicándolos en el espacio y relacionándolos con hechos anteriores. Reconstruyendo su historicidad y el conjunto de conceptos y definiciones que los caracterizan. La sociología se cuida de lo que Bourdieu señala en el epígrafe de este artículo, ser una ciencia profética, pues esta no es función ni de su teoría ni de su método. Pensar en sociólogo es evitar el prejuicio y negar la profecía en sus observaciones. El sociólogo no es un profeta, figura bíblica que constituyó un papel importante en esa historia como el profeta Natán o como Isaías. Ahogar el profeta que le exige la sociedad es la tarea permanente en el pensar y quehacer sociológico.

Frente a los otros campos de las Ciencias Sociales, el problema es más complejo, pues el dilema está no tanto en el objeto, pues al cabo en estas ciencias el objeto es social, sino que está más en el punto de vista frente al objeto. Georg Simmel explicaría esto de la siguiente manera: “lo que la diferencia de las demás ciencias históricas sociales, (haciendo referencia a la sociología) no es pues, su objeto, sino el modo de considerarlo, la abstracción particular que en ella se lleva a cabo.” (Simmel, 1986:20) Por lo tanto, así como la geografía tiene como objeto central el espacio geográfico, comprendido este como la relación indisoluble del sistema de objetos y el sistema de acciones, en la historia son los procesos históricos del pasado y comprendidos en el presente. En la sociología el hecho social, las relaciones sociales como relaciones históricas y las estructuras sociales y las interacciones sociales han sido temas de discusión central en este campo. Para Durkheim, es el hecho social, que requiere de todo una serie de reglas para hacer de él, el verdadero objeto.

En este sentido, una forma particular de pensamiento conlleva a una forma particular de explicación. Un ejemplo claro de ello sucede con la misma sociología, pues llama la atención el caso de la producción sociológica en Latinoamérica, la cual ha apuntado en tres importantes líneas, diferentes a las desarrolladas en los otros escenarios continentales: por un lado los sociólogos en esta parte del mundo se han interesado por abordar los procesos históricos de constitución de las sociedades latinoamericanas; otros han sumado esfuerzos para comprender los problemas sociológicos que competen al escenario socio espacial en el continente; finalmente unos más se han enfocado a tratar de identificar los debates que encierran las ciencias sociales, pero en especial lo que está en relación con la producción sociológica contemporánea.

Una forma particular de procedimiento: el método.

Pensar “Lo social por lo social”: El esfuerzo de Durkheim se caracterizó por brindarle a la sociología un estatus científico a través de un método empírico y marcar la frontera entre el campo sociológico y los demás campos del conocimiento como la psicología y la biología. Esta preocupación lo expresa detalladamente en Las reglas del método sociológico, donde la médula central de su pensamiento se basa en los hechos sociales , que significan la coerción sobre los individuos. Pero estos hechos sociales debían ser considerados como cosas sociales. Expresaba que “la causa determinante de un hecho social debe buscarse ente los hechos sociales antecedentes y no entre los estados de la conciencia individual” (2000:133). Esta es la máxima metodológica del pensamiento de Durkheim que invita a configurar un campo de conocimiento que distinto a otros, tiene la capacidad de dar razón de los hechos de la vida cotidiana.

Pareciera conveniente señalar también que la trascendencia de esta proposición “lo social se explica por lo social” tiene que ver con otros aspectos que N. Elías hace notar, cual es que lo social se encuentra dentro de un marco de sociedad (Elías, 1998:247) Lo que significa que un hecho social no se puede entender sin considerar el desarrollo global de la sociedad. Con Elías se reivindica la relación entre lo particular y lo global, con su ejemplo del desarrollo de los cambios de equilibrio de poder entre los sexos o también con el ejemplo que plantea sobre las relaciones padres e hijos a lo largo del proceso civilizatorio. Con estos ejemplos lo que se pretende es valorar las transformaciones que han tenido los hechos sociales desde el pasado, porque el desarrollo de la civilización ha presenciado diversas formas de relaciones entre los integrantes de la sociedad, donde se han construido estratificaciones sociales, equilibrios de poder, los controles sociales y las diferenciaciones de clase. Lo que hace Norbeth Elías es integrar la historia desde el proceso civilizatorio que desemboca permanentemente en diversas formas de vida social en tiempo y espacio. Por ello, en buena medida, en la producción de los hechos sociales no se ven las conciencias individuales, sino la del colectivo.

Pensar desde la sociología crítica: Ingresar en sociología implica entonces lograr formas de objetivación rompiendo con la sociología espontánea y las ideas de sentido común. Para ello, el uso de herramientas como la estadística y el uso del método comparativo para apartarse de explicaciones simples de especulación y para superar aun las simples relaciones de las causas y los efectos. Es común escuchar a los estudiantes universitarios de las ciencias sociales lanzar prejuicios, ideas y suposiciones. Los prejuicios entendidos como juicios emitidos por el investigador sin el suficiente conocimiento y comprobación del hecho en sí y de sus circunstancias. Pensar en sociólogo exige en tanto apartarse de todo lo especulativo de manera rigurosa. El buen trabajo en sociología siempre planteará las preguntas con la mayor precisión. Pero todo esto es posible bajo unas formas precisas de comprender el campo. Lo que en verdad exige la sociología a sus sociólogos es incursionar en una nueva actitud mental. “El hecho se conquista contra la ilusión del saber inmediato”, decía en una de las clases de Maestría Renán Silva. Pero además, es establecer fundamentos empíricos a partir de la observación de los hechos subordinando la especulación a la observación.

Pensar tomando distancia. Por ello debe hacerse una advertencia adicional para introducirse en lo que es pensar en sociólogo. Pierre Bourdieu señalaba que “Es cierto que, si hablamos de clase, es esencialmente gracias a Marx. Y se podría aun decir que, si hay alguna cosa como clases en la realidad, es... al efecto de la teoría ejercido por la obra de Marx. Siendo así, no diré por eso que la teoría de las clases de Marx me satisfaga. Si no, mi trabajo no tendría ningún sentido” (Bourdieu, 2000a:57) El peor error que podría cometer una sociólogo es dejarse descrestar bien de los clásicos o de cualquier otro sociólogo de moda de tal manera que le impida el desarrollo de su buen funcionamiento cerebral, a tal punto que las ideas de ese otro impidan la fluidez de las propias. Algo así sucede con el fanatismo extremista que idolatra tanto al otro (ídolo, al maestro, al guía, etc.) que impide ver sus vacíos, sus errores y sus limitaciones, o con el discurso radicalmente cientifista .

Pensar en sociólogo es colocar el juicio en suspenso. Es pensar en la posibilidad de enfrentar no sólo lo ya construido y ponerlo en juicio sino que además es posible construir allí, donde otros no pudieron. Aquí se tomará la idea de Max Weber que aconsejaría “con Marx y contra Marx”. Es decir, ver lo que otros no vieron y poner en juicio también cómo lo vieron y explicaron. Cuando no se logra establecer esto, los sociólogos acomodados dan por sentado y como verdadero lo que otros colegas en tiempos anteriores o presentes han expresado, a tal punto que eso que otros científicos expusieron pasa a ser parte del sentido común científico. Bourdieu (1995), nos advierte que aun en estas condiciones el sociólogo debe pensar en la necesidad de romper con ese sentido común no solo ordinario sino también el científico. Básicamente expresa que no basta con romper con el sentido común ordinario; pues en verdad se debe romper con los instrumentos de ruptura que anulan a la misma experiencia que les sirvió de fundamento. (Bourdieu, 2000:188) Por eso siempre recurrir al cómo es y cómo se presenta antes las condiciones actuales de vida. Esto es dejar las valoraciones de los hechos, las indignaciones y los prejuicios por fuera de la explicación sociológica.

Ingresar hacia una imaginación sociológica. Esto significa la necesidad de constituir una cualidad mental. Cualidad que sin duda no solo abre más el abanico de los intereses sociológicos sino que motiva a hacer del pensamiento sociológico una forma de artesanía intelectual . la imaginación sociológica tiene una función la cual es permitir a quien la apropie, “comprender el escenario histórico más amplio en cuanto a su significado para la vida interior y para la trayectoria exterior de diversidad de individuos” (Mills, 1963:2) Esto no es más que ubicarse en contexto, en sociedad; en otras palabras, incorporar la imaginación sociológica como una cualidad mental que con el efectivo uso de la información y el desarrollo de la razón, permite tener lucidez de lo que acontece en el mundo y en el interior de sí mismo. Esta cualidad mental induce a comprender los escenarios históricos significativos para los individuos y la sociedad. De modo que captar la historia y la biografía, y la relación entre ambas dentro de la sociedad; es pasar de las transformaciones más impersonales hasta las más íntimas. Por consiguiente, la imaginación sociológica es en esencia, una forma fértil de esa conciencia de si mismo .

La sociología es también una forma de arte porque es un conocimiento tan elaborado como una pintura de un artista, pero también porque ella a través de su teoría y de su metodología expresa diversas manifestaciones de la realidad social. Aunque no solo expresa paisajes sociales de un lugar en un tiempo y espacio, la sociología también contribuye a la elaboración de los retratos de aquellos que los habitan (el burgués, el obrero, el agente del capitalismo, etc). Representa realidades a través e la descripción, reflexión y análisis. La sociología es un ejercicio de artesanía intelectual porque integra los hechos de la vida cotidiana con una forma específica de construir explicaciones a través del método. Por ello la observación en sociología si bien es una herramienta válida y necesaria, es un importante instrumento, aunque no sea el único. La artesanía intelectual hace referencia a la capacidad de integrar nuestra vida cotidiana y diaria con una forma propia de convertir la experiencia y todo lo que llega de ella en conocimiento: la construcción intelectual amarrada a la vida personal. De todo lo anterior, lo más significativo, y que de alguna manera encierra lo expuesto hasta el momento, es que la sociología es una forma de apropiación del mundo, como forma de construcción del conocimiento. Por ello, ingresar en sociología es una tarea compleja, de trabajo continuo y de un permanente auto-cuestionamiento.

Finalmente, pensar en sociólogo es pensar en términos relacionales. Esto es importante porque es necesario reconocer que todo proceso empírico en sociología debe tener una base teórica. Los fenómenos no son monocausales pues en verdad son el resultado de la confluencia de diversas circunstancias que se encuentran en un punto específico de la historia y del espacio. Esto es una superación que se logra con el sentido de explicación anterior al siglo XIX, cuando toda obra humana, bien la elección del príncipe o la explosión de un volcán tenían como única causa el designio de Dios. Pensar en las relaciones sociales, en la historicidad de los fenómenos y en lo social por lo social ayuda a romper con el esquema monocausal y se sobrepone sobre él, la idea relacional en la explicación de los fenómenos. Pensar en lo relacional es pensar en las comparaciones, en las diferencias, en las transformaciones, en las complementariedades, etc. Una comparación es en esencia una forma relacional de ver las cosas. En otras palabras, nunca un objeto debe definirse por sí mismo sino que debe definirse por el campo de relaciones del que forma parte. El suicidio no se da solo por el estado de ánimo de las personas, tal como lo demostró Durkheim. Sobre él recae una serie de aspectos que inciden sobre el suicida y que relacionados conllevan a realizar el acto. Esto debe ser captado por el sociólogo a la hora de abordarlo como objeto de investigación.

Hasta aquí y en términos generales, se puede decir que la sociología fue el producto de fuerzas sociales e intelectuales que confluyeron en un momento histórico de la humanidad como lo fue el siglo XIX. Pero también vimos que esta disciplina además de consolidarse como un nuevo campo de conocimiento, sus fundadores le proporcionaron una identidad a partir de la constitución de su objeto de estudio, del modo de considerar el objeto y de un método como mecanismos para garantizarle su forma particular de explicación de los fenómenos expuestos en la sociedad. Si bien, la sociología es considerada como una forma de desilusión, esa desilusión jugó un papel preponderante para hacer de ella un privilegio.

3. Una profesión cotidiana: un privilegio
Incursionar en sociología es una forma de vida que se incorpora y se apropia, brindándole a quien entra en su forma especial de pensar, un enfoque que le permite ser analítico y crítico. Es en verdad un privilegio que lo acerca a las situaciones de su entorno haciéndole más sensible y a la vez más argumentativo y racional. Cuando se incorpora y se apropia, el pensar en sociólogo se constituye entonces en una herramienta de hábito cotidiano. Esta herramienta es lo que en últimas permite convertir los problemas abstractos mezclados con las complejidades y el sentido común de la vida cotidiana en reflexiones teóricas y operaciones empíricas.

Se puede señalar también que pensar en sociólogo es introducirse a un campo de producción conceptual y de cierta forma de acción que constituyen una práctica y una forma de saber o de pensar sus problemas y que no está unificada ni es homogénea, pero que se caracteriza por:

• Comprender los fenómenos que estudia como de procesos que tienen una historia.
• Privilegiar lo empírico como vía de ingreso a lo social y a la reflexión, pero entendiendo que el objeto se construye desde un saber previo.
• Entender en perspectiva y por lo tanto reconocer los propios prejuicios y valores para tomar distancia de ellos. Pero a la vez ser claros que hay una postura ético y política que no obnubila la mirada, sino que la permite.
• Preguntarse por la acción y las relaciones sociales, no por los individuos concretos sino insertos en procesos que dan sentido a sus acciones que en todo sentido y significado son sociales.

Un oficio que exige de una actitud mental, que al igual que la imaginación, haga del trabajo sociológico una labor reflexiva, ubicada en contexto y racional. Por ello, y con toda razón, se les recuerda a los estudiosos de las Ciencias Sociales que “Todo sociólogo debe ahogar en sí mismo el profeta social que el público le pide encarnar.” (Bourdieu, Chamberon y Passeron, 1975) y adicional a esto, la labor va más allá pues, es el sociólogo quien bajo un esquema mental práctico debe hacer, como lo dice Bourdieu, de los problemas abstractos operaciones científicas prácticas” (Bourdieu, 1995:163) Ingresar a pensar en sociólogo es un privilegio al que se accede, que se construye y que requiere de una forma de educación. Por lo que nuestro campo, es decir la sociología, es imprescindible para disfrutar de una vida humana, inteligente e informada.

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