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martes, 10 de mayo de 2011

SOBRE AUTORIDAD INTELECTUAL Y CIENTIFICA

Sobre algunas incertidumbres del investigador y la investigación social

Por: Hernando Uribe Castro,
Magíster en Sociología.

Muchos fueron los científicos sociales que aportaron importantes elementos analíticos para comprender el oficio del investigador social. Pero sin duda, ha sido Pierre Bourdieu quien en términos más recientes develó muchos de los aspectos que encierra el mundo de la investigación y el investigador. Así como también lo han hecho destacados pensadores como Immanuel Wallerstein y Octavio Ianni.

A diferencia de otras, las ciencias sociales le ha brindado a los investigadores sociales las herramientas necesarias para pensar, por un lado, el campo en el que se desenvuelven y, por otro, pensarse así mismo como partícipes y productores, que sumados a la tradición acumulada por sus antecesores, aportan a la construcción del campo al que se adscriben; así mismo, las ciencias sociales les ha aportado para poder identificar no sólo el lugar que en términos de posición ocupan dentro de este campo –que es espacio simbólico de fuerzas y de luchas-, sino también el lugar que ocupa su producción en el sistema de relaciones del campo. Como claramente lo evidenció la sociología, tanto el investigador como su obra se producen en un sistema de relaciones de poder que estructuran las estructuras que pesan sobre los marcos estructurales de cada individuo (o grupo) y su relación con el sistema.

El investigador social utiliza estas herramientas -entonces aportadas por toda la tradición acumulada dentro del campo de conocimiento como armas de defensa-, para lograr identificar plenamente su posición en el campo, y así darse cuenta si cuenta con el reconocimiento suficiente como autoridad intelectual y científica, logrado por sus aportes a través de su producción y del impacto, recibimiento y aceptación de su obra por sus propios pares y comunidad académica en general. En este sentido la autoridad intelectual y científica no proviene de un auto-reconocimiento como tal, sino que tiene su origen, de manera especial, del sistema de relaciones en el que se forma investigador y su obra.

La autoridad intelectual entonces puede comprenderse de dos formas complementarias: primero, como una posición privilegiada que resulta del desenvolvimiento de un investigador (o grupo de investigación) en el marco de un campo, de tal forma, que se logra con una producción suficientemente innovadora -capaz de motivar nuevas ideas, discusiones y formas de ver el mundo, así como la capacidad de mover estructuras anteriores de explicaciones y formas de comprensión de los hechos-, y con el reconocimiento que sus competidores, críticos, defensores y opositores hacen de ella y del investigador como individuo (o grupo), así como el lugar en posición que ocupa ese o esas obras como productos y sus productores en el sistema de relaciones del producción intelectual. La autoridad intelectual entendida así y en este sentido recoge y acumula posiblemente un capital social, cultural y simbólico (posiblemente económico) que pone en otro lugar, más destacado, los firmantes del producto y de la producción intelectual que como obra terminada o en proceso de terminación se presenta como expresión material del pensamiento.

Segundo: Bourdieu expresó claramente que dejar esto así, es olvidar un elemento más poderoso del develamiento: la autoridad intelectual y científica puede entenderse como la capacidad de hablar e intervenir legítimamente en materia de ciencia.

Lo que no se puede perder de vista es que esta autoridad intelectual no sólo se logra por la capacidad creativa y el pensamiento brillante y privilegiado que pueda tener un investigador (como individuo o grupo) en el marco de su institución que le apoya y le financia y que puede incidir, motivar e incitar como autoridad sobre otros investigadores y agentes (gobiernos, agencias, medios, organizaciones), sino también de la red de relaciones que la comunidad intelectual de su campo (o de otros campos) le conceden como autoridad y legitimidad. Bourdieu, por ejemplo, como autoridad intelectual es transversal a todas las ciencias sociales y no sólo a la sociología. Incluso en la medida en que los científicos naturales le reconozcan y le comprendan, posiblemente su autoridad intelectual puede traspasar a estos otros campos que se suponen son distantes.

En los últimos años, lograr posicionarse como una autoridad intelectual y científical va a depender no solo de los determinantes ya señalados y que tienen que ver con la construcción del investigador/pensador en el desarrollo de su profesión como oficio y los impactos de sus creaciones que como obras y productos intelectuales se muestran al mundo académico con autoridad, sino también del contexto social, político y cultural en el que se encuentra investigadores e investigaciones. Y en nuestro contexto colombiano, pocos han logrado alcanzar esta autoridad.

El contexto de sociedad que abarca las múltiples dimensiones de la realidad incide y están determinando de manera directa el oficio del investigador así como las particulares condiciones sociales de producción intelectual y científica. La investigación en Colombia, por ejemplo, todavía puede considerarse como un hecho reciente en el país. Las instituciones encargadas de impulsar la investigación regularmente terminan privilegiando algunos campos, como por ejemplo, los relacionados con áreas de conocimiento directamente encaminados a fortalecer los sectores de la producción económica.

La mayor parte de las instituciones de Educación Superior apenas le prestan atención a la investigación -y su importancia en el marco de las relaciones universitarias internacionales-, y poca importancia al investigador que debe cumplir con una multiplicidad de tareas que desbordan y afectan las posibilidades de concentrar estas mentes en la producción intelectual.

La concepción muchas veces empresarial de las universidades públicas y privadas limitan mucho más la libertad del investigador para desempeñar mejor su oficio. Al investigador social en las universidades se les exige más producción pero estructuralmente las instituciones no brindan las condiciones necesarias para poder llevar a cabo esta tarea. Y a ello se le debe sumar las incertidumbres institucionales (y de contexto familiar, deudas bancarias, el pluriempleo) frente a sus condiciones laborales. Contratos cortos que no permiten proyectar propuestas de investigación como Programas Amplios de Investigación. No es un secreto que cada día las universidades son reticentes a seguir formando a sus profesores en cursos y programas de posgrado nacional o internacional. Wallerstein ha manifestado que la Universidad ha venido perdiendo su papel central en la sociedad, en la medida en que la crisis global económica y la misma dinámica de la economía-mundo capitalista afectaron recursos y conllevaron a reestructuraciones enfocadas al ahorro como racionalidad económica de sobrevivencia.

Importantes pensadores como Touraine, Bourdieu y Foucault seguramente lograron convertirse en autoridades intelectuales no solo por sus destrezas adquiridas a lo largo de sus procesos de su formación intelectual y profesional, capital intelectual acumulado y aportado por el contexto de sociedad en el que se formaron, aprendieron y ejercieron su oficio con autoridad e influencia sobre otras mentes, sino también porque gozaban de importantes condiciones laborales ofrecidas por la estructura institucional que los enmarcaba y el sistema de relaciones que incidían en ellos.

Antes estas difíciles condiciones de los investigadores sociales colombianos -así como las que muy probablemente viven otros en otros lugares que hacen parte de la dinámica del moderno sistema mundo-, que deben confrontar antes que nada por sobrevivir y mantenerse en sus lugares de trabajo evitando y enfrentando incertidumbres de su diario vivir no solo familiar sino también laboral, de seguridad, de necesidades de formación, no es extraño entonces preguntarse, entre muchas otras que no se me ocurren en el momento ¿Qué investigadores como autoridad intelectual y científica se pueden construir así? ¿Requiere este sistema que se impone a buena parte de las sociedades, autoridades intelectuales y científicas?

En nuestro país y en nuestras universidades existen mentes brillantes que no se pueden desperdiciar o dejar escapar.

Mayo 6 de 2011
Hora: 23:01