El
“NO” DEL CONGRESO AL MATRIMONIO IGUALITARIO
PODRÍA
FORTALECER EL MOVIMIENTO LGTBI
Por:
Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología
Los
resultados de la votación del congreso el 24 de abril de 2013, con respecto al
matrimonio igualitario en Colombia, (51 voto por el NO y 17 por el SI) develan
que por más fuertes que sean los argumentos para defender la propuesta, esto no
será suficiente si todavía quienes ocupan muchas de las curules de este recinto
siguen desempeñándose a través de prácticas corruptas y clientelares.
Congresistas
que actúan bajo su conveniencia de intereses particulares y no del bien común,
así como tampoco con sentido democrático. El mejor ejemplo lo ofrece la
denuncia que hace el periódico El Espectador con respecto al pacto firmado por
Roy Barreras con una comunidad religiosa a cambio de votos: “El 'pacto
cristiano' que enreda a Roy Barreras” (11-abril 2013). También el periódico El
País informaba que:
“El abogado Saúl
Billar radicó en el Consejo de Estado una demanda de pérdida de investidura
contra del presidente del Congreso, senador Roy Barreras, por haber
firmado un ‘pacto’ con la comunidad cristiana para no promover el matrimonio
igualitario. La demanda se interpone
por haber incurrido supuestamente en violación al conflicto de intereses y
tráfico de influencias al haber firmado un compromiso con la comunidad cristiana que incluía, entre
otros, la inclusión de algunos de sus integrantes en la Unidad de Trabajo
Legislativo de Barreras.”[1]
Probablemente
este caso de pactos y acuerdos no fue el único que se dio por estos días. Lo
que muestra este hecho es que, al parecer, los congresistas no toman decisiones
pensadas desde las necesidades colectivas y del contexto democrático nacional,
sino que se toman decisiones desde los intereses y creencias particulares
legislando como si todavía el marco constitucional fuera la Constitución
Política de 1886. Además porque este tipo de actuaciones va en contravía de su
lugar como funcionario público al servicios de los intereses del conjunto de la
sociedad.
Esto es
grave porque sobre aspectos que trascienden a la sociedad, (como el aborto y la
eutanasia) sobrepesan aspectos como la objeción de conciencias altamente
clientelizadas y mercantilizadas. Se negocian conciencias. Un congreso que
reproduce la falsa democracia.
Lo
interesante de este caso, es que la negación que hace el congreso hoy, activa
de inmediato las formas creativas, la búsqueda de más argumentos y las
acciones de una comunidad que no solo está reconociendo el terreno que debe
enfrentar, sino que también se ha dado cuenta del valor central que tiene para sí
mismos el participar de otro modo en las elecciones populares de funcionarios
públicos en todos los niveles del Estado. De la necesidad de participar en las
veedurías ciudadanas y de la innegable necesidad de estar más al tanto de los
acontecimientos y transformaciones políticos del país y del mundo. Esto
conlleva a una profunda reflexión de la comunidad LGBTI con respecto a su
participación y acción política.
Esta
negación que hace el Congreso hoy, representará el fortalecimiento del
movimiento LGBTI porque le exige ingresar en un proceso de autoanálisis y autorreflexión,
que les permitirá reconocer a la comunidad homosexual también los errores
cometidos para no volverlos a repetir. A que en adelante realicen un verdadero
análisis de sus decisiones en términos de participación de modo más crítico y
reflexivo en las elecciones populares y de la necesidad de hacer presencia más
en los escenarios de participación. Gays, lesbianas, trans, bisexuales e
intersexuales se han caracterizado por ser un colectivo inteligente, creativo,
artístico, con la capacidad de generar importantes transformaciones para una
sociedad más pacífica, más honesta, más integrada, más respetuosa y tolerante.
La creatividad
de los homosexuales, y en general del LGBTI, se hará sentir en todo el
territorio nacional y cobrarán factura a quienes dieron el NO en el Congreso en
el proceso democrático nacional. Este
camino que seguirá su recorrido fortalecerá el movimiento en términos de unión,
de red, de acercamiento a otros sectores sensibles e interesados en el tema,
aquellos sectores, que están reclamando un cambio estructural en la política y
en la forma de hacer política en Colombia. Como lo he expresado en otras
oportunidades, Bourdieu consideraba que “Lo esencial era decir: no se
mantengan aislados. Dado que por razones sociológicas, los homosexuales (al
menos sus líderes) poseen un capital cultural considerable, podrían jugar un
papel en el trabajo de subversión simbólica indispensable para el progreso
social.” (Bourdieu, 1998)[2].
La
Universidad, las organizaciones de derechos humanos tienen mucho que hacer
también en este proceso de lograr una verdadera democracia y romper con las
estructuras corruptas y politiqueras que desconocen que Colombia está cambiando
y que hoy es más diversa.
Hernando Uribe Castro
Magíster
en Sociología
Docente
y Coordinador Grupo de Investigación en Conflictos y Organizaciones
Departamento
de Ciencias Sociales - Facultad de Humanidades
Universidad
Autónoma de Occidente
Tel.
3188000 Ext. 11458
Visita mi blog: http://hernandouribecastro.blogspot.com/
Cali, 25 de abril de 2013.