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miércoles, 3 de julio de 2013

AUTOS, PEATONES Y CIUDAD

AUTOS, PEATONES Y CIUDAD.


Por
Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología

El uso del carro es uno de los más importantes signos del presente porque repercute sobre el conjunto de la vida social y redefine el tiempo-espacio. La clave del auto, así como de otros medios de transporte moderno, está en el hecho de que permite desplazamientos a otros espacios que en tiempos anteriores se consideraban como lejanos. Lefebvre (1968), por ejemplo habla del automóvil, como el “objeto – Rey”, “la cosa – piloto”, ya que rige muchos comportamientos en muchos sectores. El automóvil es una expresión de movilidad donde las personas se mezclan sin encontrarse.

Marca fuertemente el devenir de las ciudades construidas para la reproducción de capitales en grandes infraestructuras como puentes, centrales de parqueo, ampliación de vías, destrucción de centros históricos, concentración de públicos en centros comerciales, entre otros. Para la mayor parte de la población actual es claro que los efectos sobre el medio ambiente y el ciudadano por el aumento de vehículos son complejos. La característica que le impregna el automóvil a la ciudad es “ciudad – circulación”, materializada en el ejercicio y construcción de grandes avenidas, estaciones, parqueaderos, líneas, autopistas, que si por un lado transforman la estética urbana, también transforman la relación entre la movilidad peatonal y su ciudad. El peatón queda relegado a una sola parte de la calle, el andén, mientras que el resto del espacio público se le deja a la circulación vial. 

Preocupa que en Cali recientemente se inaugurara el túnel urbano más largo en Colombia y se le ha dado más importancia al túnel por donde pasan autos que al paisaje “semi peatonal” que reposa sobre él, junto al río. Preocupa que las otras megaobras que se realizarán en esta ciudad en los próximos años y que tendrán costos altísimos sean para promover más el uso del carro.

Las fuerzas del mercado de autos y de combustibles lograron imponer la idea de que el automóvil es una necesidad, un lujo que da jerarquía y estatus, una realización de progreso y un “elemento del guardarropa”  que prolonga el cuerpo del conductor en su virilidad y a la mujer en su presencia y su belleza.  El auto expresa tamaño, potencia y precio, así como de resistencia. El automóvil da la sensación de ver el mundo de otra forma, el espacio de otra dimensión, el de la velocidad y el vértigo, porque el acto de conducir un automóvil da la idea de libertad y de realización, algo así como un dominar el tiempo (en lugar de sufrirlo) y la ilusión de ganar tiempo al tiempo.

El mercado ha promovido el consumo de automóviles, sin importar lo que en términos ambientales esto signifique para el mundo. Sumado a ellos están las autoridades del tránsito que surgen precisamente, por el surgimiento y aumento vertiginoso de autos, que actualmente ven este incremento del parque automotor importantes oportunidades para acceder a recursos a través de la sanción económica maquillada de construcción ciudadana.

Se requiere de gobiernos que recuerden que las ciudades son habitadas también, y en mayor medida, por ciudadanos de a pie que requieren de espacios públicos para el encuentro, el deleite de vivir la ciudad y de construcción de ciudadanía. Una ciudad ambientalmente más sana, con espacio verde más limpio y más puro. Promover el uso de bicicletas así como una red de ciclorutas apropiadas, seguras y con presencia por la mayor parte de los sectores de la ciudad.


huribe@uao.edu.co

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LEFEBVRE, Henry.(1968) La vida cotidiana en el mundo moderno. Título original “la vie quotidienne dans le monde moderne”. Traducido por Alberto Escudero, Editions Gallimard. Ed. Cast. Alianza Editorial, S,A, Madrid.