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domingo, 9 de febrero de 2014

VIVIENDAS GRATIS: UNA SOLUCIÓN QUE REPRODUCE CONFLICTOS



Viviendas gratis, una solución que reproduce conflictos *

Por: Hernando Uribe Castro
Magíster en sociología, profesor de la Facultad de Humanidades
Universidad Autónoma de Occidente.

     Cuando desde el gobierno nacional se plantean soluciones a problemas sociales, a veces filtradas por prácticas politiqueras e intereses clientelistas, y sin ningún tipo de control y acompañamiento de las comunidades, los resultados pueden ser desastrosos. Porque la solución emerge de arriba abajo, sin ningún tipo de interlocución con los beneficiarios, dando cuenta de que ciertos Programas que se asumen como respuesta a problemas públicos, no son más que una representación desdibujada o parcial del problema que intenta responder, por parte de una tecnocracia que poco o nada sabe de las realidades y necesidades de los grupos sociales afectados. Ejemplo de ello, son el Programa de las “100 mil viviendas gratis” y el Programa “Vivienda Salario Mínimo” que permiten demostrar lo antes referido. Dentro de las distintas vertientes de análisis que puede existir al respecto, plantearé la relacionada con los conflictos sociales que han empezado a emerger entre los potenciales beneficiarios y los residentes de las zonas:
  1. Conflictos entre residentes que reclaman que, entregar vivienda gratis a familias pobres en áreas vecinas, afectará el avalúo comercial de sus viviendas. Esto produce conflicto en términos de convivencia social, así como conflictos jurídicos.[1] Familias que han pagado altos costos por una vivienda, ahora tendrán como vecino otra familia que ubicada en el mismo sector, recibe su vivienda gratis. Esto podría reproducir sentimientos de rechazo y estigmatización hacia las familias pobres – representación social de quién en últimas es un potencial beneficiario de un Programa público-[2]
  2. Las condiciones físicas de la vivienda se diseñan por fuera de las características socio demográficas de las familias que las habitarán; lo usual es que una vez entregados los proyectos, éstos sean habitados por familias numerosas  que además de suplir una necesidad básica de abrigo, también requieren desarrollar actividades comerciales para el sustento y manutención de sus familias- por supuesto en este tipo de cuestiones el Estado brilla por su ausencia- . Cuestiones como las anteriores, usualmente no son tenidas en cuenta por el gobierno a la hora de diseñar, ejecutar y hacer realidad el sueño de miles de colombianos de tener vivienda propia. Ya se conocen casos concretos de programas que no tuvieron acompañamiento y los resultados han sido complejos como ha sucedido con el sector de Potrero Grande donde existen altas tasas de criminalidad y violencia. 
  3.  Algunos beneficiarios de las viviendas gratis, o porque realmente no eran los beneficiaros potenciales – no fueron filtrados adecuadamente- o porque debieron salir de la zona de ubicación de las vivienda por problemas de seguridad, deciden arrendar las vivienda, desdibujando por completo el sentido de la respuesta del Estado a un problema público. Esto significa que están fallando los controles para entregar a quienes verdaderamente necesitan las viviendas y los procesos de acompañamiento que implica construir comunidad. Lo anterior puede ser un indicativo de que existen prácticas politiqueras y clientelistas, así como de oportunistas que se aprovechan de la debilidad del control del Estado.[3] 
  4. Una feria de vivienda que, como proceso urbanizador, ha sido motivado de modo irresponsable por el gobierno, entidades privadas, cajas de compensación y empresas urbanizadoras que, en busca de excedentes de capital por medio del mercado del suelo urbano, han desatado la más vil masacre de ecosistemas de humedal, bosques y la ampliación del perímetro urbano. Los escenarios donde se construyen las viviendas gratis regularmente son escenarios de confrontación social y condiciones ambientales no apropiadas por riesgo a un posible desastre como lo es la zona de laderas, el oriente y suroriente de Cali en sectores próximos a lo que fue el basuro de Navarro.

Sin duda, estos son algunos de los muchos otros conflictos que, se prevé, estallarán en los próximos meses, sobre todo en periodo de campaña electoral. Estos programas de vivienda promovidos por el gobierno no son política pública. Una política pública integra en su proceso de construcción a la comunidad, la sociedad civil y la academia, en la perspectiva de lograr respuestas estructurales, concertadas y lo más posible acertadas a problemas estructurales como los que vivimos en nuestro país. Estos programas fueron elaborados desde escritorios por parte de tecnócratas que creen que la realidad está en un plano y en papel. Por ello, amerita que el Estado en sus distintos niveles territoriales trabaje articuladamente de mano con las comunidades, en la agencia de políticas públicas efectivas, que más allá de un periodo de gobierno, permitan atender el fenómeno de manera estructural. Es decir, lo que se debe apostar es a políticas públicas de Estado que garanticen en el mediano y largo plazo respuestas efectivas, más allá de los mismos repertorios de las administraciones.

·         Columna de opinión publicada por el periódico EL PAIS, 9 de febrero en 2014


[1] “Polémica por ubicación de casas gratuitas en Cali se irá a 'batalla' jurídica.” El País, Noviembre 5 de 2012.

[2]  “¿Cuál es el costo social de las viviendas gratuitas en Cali?. El País, 27 agosto de 2012.

[3] “Sí hubo ‘colados’ en programa de viviendas gratis del Gobierno en Pradera.” El País, Abril 21 de 2013.