Especie humana, entretenida y en destrucción*
Prof. Universidad Autónoma de Occidente
Magíster en Sociología y Candidato a Doctor en Ciencias Ambientales
Magíster en Sociología y Candidato a Doctor en Ciencias Ambientales
Universidad del Valle
Pienso que a los seres humanos no se nos ha dicho toda la verdad con respecto a las
condiciones reales que enfrentamos en este planeta. Y lo que se nos ha
dicho, a pesar de la gravedad que reviste, al parecer, no tiene la fuerza que requiere un mensaje de este talante para producir
cambios significativos en el comportamiento humano. ¿por qué?
Pienso que se
nos ha entretenido y este entretenimiento ha conducido a un descuido
imperdonable con el planeta. El entretenimiento que se
nos produce y que aceptamos a través de los distintos medios masivos y globales
de comunicación ha banalizado la crisis ecológica y ambiental: un hecho tan
grave como aquel que registró la Agencia Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) en diciembre de 2015, el polo norte no llegó a los -25
grados bajo cero sino que se mantuvo en 2 grados, fue opacado por lo ocurrido
en la elección de Miss Universo.
Buena
parte de la responsabilidad recae en las elites de poder global, que actúan a
través de las Corporaciones globales, que someten a los gobiernos y construyen
el mundo a su modo. Que tienen gran influencia y dominan la masa de población
global a través de los medios de comunicación, las redes informáticas, las
políticas globales que actúan como políticas estatales y la creación incesante
de un mercado de necesidades banales para una población que se esclaviza para
satisfacerlas. Y también la responsabilidad recae en nosotros que jugamos ese
juego.
Elites,
corporaciones y gobiernos nos anestesian de las preocupaciones ambientales
porque de este modo garantizan la actuación extractiva sobre la naturaleza, la
depredación de selvas y bosques, la transformación de la tierra, el agua y el
aire como mercancías costosas.
Puesto
que al tener unas sociedades preocupadas por las cuestiones ambientales, los
individuos y grupos transformarían sus estilos de vida consumista por estilos
de vida sustentables y más políticos a favor de la defensa y el cuidado de la
naturaleza. Las repercusiones de este comportamiento sustentable afectarían
negativamente la rentabilidad del negocio y se produciría la efervescencia de
las protestas y de los movimientos sociales globales contra las corporaciones y
contra los gobiernos.
Esto
implicaría, por un lado, una reducción drástica del consumo de productos con un
efecto negativo sobre la rentabilidad de
las empresas, y por otro lado, los gobiernos estarían expuestos a las
exigencias, obligaciones y demandas de una sociedad civil vigorizada y sensible
a la problemática y la crisis ambiental.
De
este modo, una sociedad entretenida es una sociedad consumista, una sociedad
ambientalmente responsable afectaría los intereses económicos de las elites,
las corporaciones globales y de los gobiernos.
Han
puesto nuestras mentes en otros asuntos. Por ejemplo, nos han hecho creer que
la “felicidad” se logra con el consumo compulsivo, y que para poder participar de esta vida de
consumo debemos entregar nuestra vida al trabajo y a las deudas bancarias. Que
teniendo cuentas de ahorro, comprando casa, vehículos, aparatos de última
generación endeudándonos con créditos o hipotecas, participando de lo último en
modas y haciendo de nuestros cuerpos artefactos expresivos de belleza, vamos a
progresar y lograr nuestros sueños. Vamos a surgir y lograr la tan anhelada
felicidad.
Este
entretenimiento que experimentamos hoy con fútbol, modas, eventos globales, Internet, tecnologías, cine, música, etc., ha construido un ambiente relajado, de desinterés y ha puesto la destrucción de la vida lejos de nuestras
preocupaciones. Incluso, ridiculizan tanto el conocimiento científico como los
saberes ancestrales que han hecho el llamado por la gravedad del asunto
ambiental.
Por
ello, un pensamiento ambiental que transforme las conciencias, las prácticas y,
en consecuencia, los estilos de vida promovidas por el modelo de sociedad
consumista por estilos de vida sustentables y respetuosos de la naturaleza es
tremendamente peligroso para el lucro de las corporaciones globales.
La
especie humana está en la obligación de salir de su hipnosis, de actuar y de cambiar
el rumbo de destrucción. Lo que se prevé para los tiempos que se avecinan en
ésta nuestra casa común, es sencillamente la destrucción total. Y mientras se
reafirma ese proceso de destrucción que avanza a toda velocidad, quienes
estemos vivos la vamos a pasar muy mal. De hecho, ya lo estamos experimentado.
Somos
hoy, una especie humana moribunda e irresponsable, que se entretiene fácilmente
en su agonía lenta y muerte certera. O, en otras palabras, somos una especie felizmente entretenida pero moribunda y agonizante, que camina a
paso lento a su propio degolladero. Llevándose consigo a otras especies y otras
vidas que tuvieron la suerte de pagar el alto costo por convivir con nosotros,
justamente, en esta pequeña porción del tiempo y del espacio cósmico.
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Apartes del capítulo 2 del libro "Pensando Ambientalmente. De las críticas al sistema a las posibilidades de cambio". 2016. pp. 67-70
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Apartes del capítulo 2 del libro "Pensando Ambientalmente. De las críticas al sistema a las posibilidades de cambio". 2016. pp. 67-70